Los avances en la investigación sobre violaciones sexuales en el Perú

Si bien el tema aparece cada cierto tiempo como un asunto relevante en las coyunturas políticas, no necesariamente es un tema investigado en abundancia con datos precisos. Es claro que hay problemas de medición del fenómeno debido, en parte, a los casos que no se denuncian y la escasez de estudios de estimación estadística. Es un tema complejo, debido a lo doloroso de la situación para las víctimas y a la negativa de proporcionar información por parte de los victimarios.

En el Perú, la investigación en torno a las violaciones sexuales ha tenido tres áreas de concentración. Por un lado, la investigación en torno a las violaciones sexuales durante el periodo de violencia política. Por otro lado, los estudios normativos y jurídicos en torno a las violaciones, reconociendo los debates sobre la tipificación y las mejoras de normas. Finalmente,  los estudios de casos sobre víctimas de violencia sexual y estudios de diagnóstico sobre la situación de la violencia sexual y de género. Sin embargo, es más escaso aún el material arbitrado por un comité científico, hay mucha literatura no indexada y gran cantidad de manifiestos, declaraciones y  publicaciones de divulgación periodística.

Aun así, el contexto de la investigación sobre violaciones sexuales está dispuesto sobre un nodo: el trabajo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) del año 2003, que ha marcado un punto de inflexión en el estudio de la violencia sexual en general y de las violaciones sexuales en particular. El informe refiere un estudio sobre la cantidad de denuncias y víctimas de violación durante el conflicto armado interno, muestra el tipo de agresores, casos emblemáticos y recomendaciones sobre el tratamiento y reparación de las víctimas.  Las denuncias y testimonios que fueron recolectados por la CVR han logrado identificar 538 violaciones sexuales, de las cuales se responsabiliza de 449 violaciones a los agentes del Estado; 61 violaciones fueron adjudicadas al Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL); 8 violaciones adjudicadas al Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) y en 20 violaciones no se pudo establecer al victimario o su pertenencia a una agrupación. Sin embargo, hay que considerar que en la base de datos de la CVR aparecen registradas 7,426 mujeres víctimas de desapariciones forzadas, detenciones, torturas y ejecuciones extrajudiciales, en donde es probable que un porcentaje de estas también haya sido víctima de violaciones sexuales.

Lo que muestra este informe es una situación en donde las violaciones sexuales han sido utilizadas como “un arma de guerra” o “un arma de terror”. Esto ha marcado dos líneas relevantes de estudio sobre el fenómeno. Por un lado, la investigación que escruta los documentos y bases de datos de la CVR y amplía el concepto “violación como arma de guerra”. En esa misma línea, están los trabajos que se concentran en el estudio sobre las violaciones sexuales, ampliando el concepto de la “violación como arma de guerra” a la idea de un “cuerpo como campo de batalla”. Eso ha marcado un campo de estudios sobre el cuerpo (sobre todo de las mujeres) y la violencia, y a la CVR como una fuente importante de información sobre el tema. Pero, al mismo tiempo, ha generado la concentración de la atención en el contexto de conflicto armado y la escasa cantidad y profundidad de investigaciones fuera de ese contexto.

Es importante entender que las violaciones sexuales son un fenómeno que existía antes y que existe después del periodo de violencia política y que i) aun con la profunda e importante recopilación de casos de la CVR, es evidente una cifra oscura, no denunciada y no recogida por las autoridades responsables; por lo tanto, la cifra que se presenta es conservadora respecto a la probable cantidad de casos. ii) Actualmente no hay modo de comparar si los casos registrados por la Comisión de la Verdad representan un incremento respecto de las décadas anteriores al conflicto armado, pues los registros son inexistentes o fragmentarios, no hay información pública sistematizada sobre el tema y los archivos no existen; iii) el fenómeno ha continuado después del periodo documentado por la CVR y, a pesar de la importancia y brutalidad de estos delitos, la labor de documentación se ha retrotraído después del Informe Final del año 2003.

¿Qué tipo de investigaciones se han producido y con qué se cuenta?

En los últimos años, los debates en torno al tipo penal y la necesidad de reformular pasajes del Código Penal en el tema de la violencia sexual y las violaciones permitieron diversos trabajos en torno a la precisión del tratamiento jurídico de las víctimas y de las penas a los victimarios. Por su naturaleza y objetivos, estos estudios no han producido datos de campo, y no hay una preocupación por la cuantificación, sistematización de casos o estudio criminalístico aplicado del fenómeno.

Las conclusiones de los estudios jurídicos sobre el tipo penal de las violaciones sexuales varían, pero se dividen en dos grandes conglomerados. Un debate en torno al tipo penal y la importancia de la penetración y la violencia física reconocible en la pericia criminalística como elementos fundamentales del tipo penal, y una posición que indica que se trata de un tema importante, pero no necesario ni suficiente y que, por lo tanto, puede y debe ser retirado de la codificación. Por otro lado, hay un debate en torno a las penas que se les debe dar a los violadores. La aparición mediática de diversos casos de violación entre parientes consanguíneos (padre a hija, tío a sobrina, etcétera) generó un gran interés en el tema y la propuesta de incrementar las penas. La conclusión de estos debates ha marcado una consecuencia clara en la vida cotidiana: la tipificación sigue teniendo a la violencia física como un elemento importante de la violación, y hay un severo aumento de las penas para los victimarios.

Por otro lado, entre la investigación de las violaciones ocurridas durante el conflicto armado interno y aquellos debates en el ámbito jurídico sobre la tipificación y las penas a los violadores, aparece de manera continua una preocupación del movimiento de mujeres, el movimiento feminista y las organizaciones de derechos humanos. Hay un número importante de documentos declarativos sobre la importancia de combatir la violencia contra las mujeres y las violaciones sexuales, artículos de divulgación en torno al estudio de medios de comunicación y algunas reflexiones y ensayos sobre el enfoque de género y el derecho feminista en el tema. Y si bien el número de las investigaciones es relativamente pequeño, hay importantes y pioneros trabajos que han resultado de este campo.

Lo mismo sucede, en amplio sentido, en las ciencias sociales, cuyo trabajo ha estado concentrado en el estudio de casos específicos, pero sin un trabajo sistemático acerca de la dinámica del fenómeno, la cuantificación de casos, el estudio cualitativo de patrones de conducta, el tipo de tratamiento, etcétera. Este panorama, sin embargo, implica también investigaciones profundas, como el “estudio multicéntrico” de la Organización Mundial de la Salud sobre la violencia de pareja y la salud de las mujeres.

Así, hay dos constataciones sobre el estado de la situación de la investigación en violaciones sexuales en el Perú: primero, el interés en el estudio y legislación sobre las violaciones sexuales aparece claramente en las últimas décadas del siglo XX y en los primeros años del siglo XXI. Segundo, la información ha sido precaria y, más allá de los datos oficiales que se publican cada año (de la última década), pero de manera disgregada de la Policía, Fiscalía, Medicina Legal y Centros de Emergencia Mujer, no hay información nueva sobre el tema.

¿Qué tipo de estudios ha producido el Estado al respecto?

En el año 2000, aparece el primer reporte oficial de la década sobre violencia sexual que incluye violaciones sexuales. El Informe N° 21 de la Defensoría del Pueblo tomaba la posta con este informe y organiza las quejas que la Defensoría recibió, entre octubre de 1996 y julio de 1997, por parte de víctimas de violencia sexual y sus familiares, por el trato recibido durante el reconocimiento médico en el Instituto de Medicina Legal, con el objetivo de tener una aproximación sobre el tipo de respuesta que el Estado ofrece a la víctima. Se hace un estudio de los problemas de Medicina Legal y recomendaciones para mejorar el trato de las víctimas de este delito en el año 2000.

Desde el año 2004, el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES) inicia una serie de estudios y publicaciones sobre la violencia sexual, debido a la demanda del movimiento de mujeres y víctimas de la violencia, pero también a una demanda internacional de tratamiento de este fenómeno. Los trabajos del MIMDES se concentran en tres tipos de publicaciones. Por un lado, aquellas que estudian la experiencia de las víctimas de violencia sexual y violencia familiar y doméstica a mujeres, a niños y niñas desde una mirada cualitativa; estudios que tienen como objetivo no solamente ilustrar sino “construir líneas de base” para determinar la situación de la violencia; y un tipo de estudios de síntesis que se plantean para hacer un estado de la situación sobre las investigaciones sobre violencia familiar y sexual. En la misma línea, si bien el área médica ha contribuido en el tema con algunos datos relevantes, y a pesar de que no hay un gran volumen de estudios, hay un aporte sobre todo en el manejo y estandarización de protocolos de atención a víctimas y procedimientos forenses.

El trabajo en el tema no ha tenido un interés concentrado en el fenómeno de las violaciones, que se ha tocado de manera tangencial dentro del conglomerado “violencia sexual y violencia de género”. Por otro lado, los datos disponibles son fragmentarios, y si bien la información cualitativa ha implicado trabajo de campo, se ha tratado sustancialmente del recojo de material de archivo y con casos individuales. La información con la que se ha trabajado es la que proviene de la Policía, Medicina Legal y con los datos de la Encuesta Nacional de Salud.

¿De dónde viene la información sobre violaciones sexuales en el Perú?

Es una evidencia, después del resumen del estado del trabajo académico sobre el tema, que no hay sistematicidad en la producción de datos (lo que no quiere decir que no se hayan construido lecturas serias y rigurosas). Pero si la academia no ha tenido un eje de trabajo permanente e interés en el tema.

Durante los últimos 20 años, la Policía Nacional ha trabajado en un intento de sistematizar la información de las denuncias que recibe, y esa ha constituido la fuente de datos para muchas de las investigaciones. Sin embargo, la profundidad, rigor y calidad de la información policial es importante, pero no suficiente para el trabajo de construcción de bases de datos, pero es, al mismo tiempo, la fuente de información más relevante sobre el tema.

Además, existen datos proporcionados por el Instituto de Medicina Legal (respecto a los exámenes de ginecología y sexología a supuestas víctimas de violación), pero se trata de un trabajo de sistematización reciente y que ha cambiado en precisión y modo de exposición de la información en los últimos cinco años. Finalmente, el “Observatorio de la Criminalidad” del Ministerio Público, que desde 2009 organiza la información con la que cuenta la Fiscalía, emite diversos tipos de reportes, sin embargo, hasta el año 2010, ninguno especializado en violaciones sexuales.

¿Cuál es la situación de la investigación sobre violaciones sexuales en el Perú?

Pues se trata de una situación embrionaria, a pesar de los importantes trabajos que hay, debido a la situación concreta:

i)    La poca precisión de las bases de datos públicas que existen sobre el tema que, además de tener problemas en la clasificación de data, son relativamente recientes y con una gran cifra oscura.
ii)    La academia y la sociedad civil no han producido otras bases de datos o información de manera continua (en parte debido a la escasez de financiamiento para estos temas). Los importantes e interesantes estudios que existen no parecen obedecer a una línea de investigación especializada.
iii)    Las investigaciones realizadas por las oficinas del Estado son escasas y no han producido bases de datos especializadas. Hay un intento importante de construir líneas de base, pero no sobre el tema de las violaciones sexuales.
iv)    La investigación que se ha producido tiende a no pasar por comités científicos (ni a publicarse en medios indexados o arbitrados), por lo que su calidad, precisión y rigor no siempre son evaluados.
v)    La amplia literatura de divulgación, declaraciones, opiniones y ensayos sobre el tema tienden a sostenerse en percepciones, prejuicios o en la misma información periodística que parece incorporar esos prejuicios.

¿Qué consecuencias trae esta situación?

La dispersión de la información y la ausencia de continuidad de las investigaciones hace que haya temas fundamentales del trabajo criminológico que no se estén estudiando y sobre los que no hay información: no hay investigación sistemática sobre victimarios, patrones de acción, patrones de conducta y situación de las violaciones. Esta situación produce la ausencia de métodos de trabajo comunes, tanto en la investigación académica sobre el tema, como en el registro de casos, construcción de bases de datos e investigación criminal. Ahora, la situación de la investigación en el tema tiene avances interesantes, pero también vacíos. ¿Cuál es la situación del tratamiento concreto de los casos de violaciones sexuales y de las víctimas? ¿Y cuál es la situación de la violencia sexual en el Perú?

Para mayor información sobre este tema, descargue el libro:
Violaciones Sexuales en el Perú 2000-200. Un Informe sobre el Estado de la Situación.
http://www.promsex.org/publicaciones/2320-violaciones-sexuales-en-el-peru-2000-2009-un-informe-sobre-el-estado-de-la-situacion